martes, 18 de diciembre de 2012

Tema 6: El deporte vs la pereza vs la comida

A decir verdad, me va a costar un poco escribir esto... Yo misma me he fijado unos parámetros de "belleza", una realidad irreal a la que quiero aferrarme con uñas y dientes, y que supongo que algunos más estaréis sufriendo (ya sea sobre esto o sobre otra cosa que os haga sentiros bien o, más acertadamente, que no os haga sentir mal).
Mi caso es sencillo: en el colegio los niños se burlaban de mi por mi aspecto (estuve un poco gordita por culpa de un tratamiento que me tuvieron que poner a los 6 años), así que lo que recuerdo entre los 5 y los 16 años es que siempre tenían un motivo para burlarse de mí... ¡Parece mentira cómo nos marcan estas cosas a lo largo de la vida! Pasaron los años, a día de hoy a muy poca de esa gente la he vuelto a ver, y según dicen me he convertido en un "bonito cisne". Y, sin embargo, esos comentarios siguen metidos en tu cabeza y te condicionan, porque aunque sabes que esa ya no es tu vida, no quieres volver a pasar por algo parecido. Además, hay que destacar que la sociedad en la que vivimos está, hoy por hoy, muy metida en "tendencias", "outfits" y un largo etcétera que se encarga de recordarnos que lo primerito que tenemos que cuidar es nuestra imagen... ¿Dónde quedaron las épocas en las que leerse un buen libro iba antes que pasar las horas muertas en un portal sobre moda? Está claro que todo tiene su punto... pero puede que, a veces, nos confundamos en las prioridades y el tiempo que en ellas empleamos.

Bueno, sea como sea, la vida me ha convertido en una de esas personas que se trastornan con aumentar dos kilos, pero muy sarcásticamente me ha hecho una "dulceadicta", lo cual en situaciones de estrés se vuelve un arma fatal. Así, durante la Universidad incluso pasé unos años en los que tuve ciertos desórdenes alimenticios. Básicamente comía y comía, y volvía a comer hasta que no podía más y después lo vomitaba. No es una cosa bonita de escribir ni de contar a nadie, pero creo que ya es un paso bastante grande hacerlo sin derramar una lágrima. Ahora ya van a cumplirse dos añitos sin haber recaído (todo gracias a las amigas  que me apoyaron durante el proceso de normalizarme, ya que es algo que mi familia nunca ha sabido, y a unas cuantas horas de gimnasio) y puedo deciros que es duro, pero que de ahí también se puede salir.

Después de esta escueta puesta en antecedentes... os podéis imaginar la situación actual de una persona parada: ¡Estrés al máximo! Estrés porque no sale ninguna oferta relacionado con lo mío, estrés porque no me llaman de otras cosas aunque sean distintas, estrés porque no sabes cuánto tiempo se va a alargar... Estrés, estrés, estrés... En mi caso, ¿en qué creéis que se tradujo? "DULCEADICCIÓN"!!! Unos días más que otros, pero el problema del azúcar es que es tremendamente adictivo. Nunca he fumado y no me gusta el alcohol, pero creo que esto puede llegar a ser tan malo para la salud como cualquier otra cosa. Por eso, agarrarse al deporte es la única cosa que me mantiene con la mente un poco sana, aunque he de confesar que... ¡me está costando tanto...! Cuando no tienes claro que sitio te toca ocupar en el mundo, empiezas a dudar de lo que has estudiado, de a qué quieres ocupar el resto de tu vida, de por qué te has dejado guiar por lo que tu familia te dijo en cuanto a ciertas decisiones... todo se vuelve cuestionable.

A veces, la vida nos pone a prueba. No os olvidéis vestiros todos los días y salir a dar un paseo por la calle, por un centro comercial o por una playa. Cualquier sitio es bueno para tener unos minutos a solas con vuestra mente, porque en casa cada vez se vuelve más difícil (aunque no nos demos cuenta), porque con tanta tecnología a nuestro alrededor solemos estar absortos en todo menos en nosotros. Puede que este tiempo que tenemos "libre" también nos ayude a conocernos en profundidad, mejorar y encontrar nuestro sitio en el mundo. Al mismo tiempo, estamos activando un poco nuestro cuerpo y liberamos endorfinas, que nos ayudan a sentirnos mejor. Ya si podéis ir al gimnasio, andar en bicicleta o cualquier otra cosa que requiera un mayor esfuerzo físico, muchísmo mejor.

P.D: Los problemas alimenticios no son un tema agradable para tratar, como tampoco lo es el sufrimiento que sufren algunos niños en el colegio, pero creo que es importante que si alguien está por ahí sufriéndolo en silencio y, por casualidad, se encuentra con alguna publicación como esta, que sepa que detrás de ella siempre habrá una persona con ganas de ayudarla. Porque lo que no nos gusta que nos pase/haya pasado a nosotros, no se lo deseamos a los demás.