martes, 25 de marzo de 2014

Silvia Navarro

A veces parece increíble hacerse un hueco en un mundo en el que solamente se está para ser cazado. Actualmente, y pese a lo que se diga sobre datos más "esperanzadores" en lo que a la crisis se refiere, nadie puede negar que las cosas ahí fuera para un emprendedor están, cuanto menos, complicadas.

Por ello, todo esfuerzo por hacerse un nombre dentro de una industria o sector ha de ser reconocido, más aún si consigue lo que tanto ha deseado. Todos somos personas llenas de sueños e ilusiones. En ocasiones nos cuenta más o menos encontrar aquello a lo que de verdad nos gustaría dedicarle un puñado de horas al día, y si en algún momento conseguimos que ello se vuelva nuestro trabajo, el resultado es una felicidad desbordante. Es por ello que hoy cojo como ejemplo a Silvia Navarro (del blog 1sillaparamibolso), quien tenía un sueño que persiguió y por el que luchó, y a que hoy ya se ha convertido en su trabajo. Ayer mismo salía a la venta su segunda colección de ropa y era casi imposible acceder a la página web al ser miles las personas que estaba intentando hacerlo. Esta mañana había vendido casi todas las prendas, e incluso hay gente pidiendo que se hagan más de las ya agotadas (sí sí, AGOTADAS en tan sólo horas!). Para una persona como yo (desempleada) sus diseños (y los de cualquier otra persona) están totalmente fuera del alcance (ya que cada modelo cuesta aproximadamente unos 110 euros). Pero esto no arroja sino más datos sobre la mesa: que a pesar de encontrarnos en una situación de crisis, la gente sigue apostando por negocios "made in Spain"; que es posible vender productos a un precio considerable ya que sigue habiendo gente con poder adquisitivo para ello, y que existen nuevas personas empresarias que crean puestos de trabajo actualmente.

Por mi parte, no me queda otra que entrar en su página web y admirar la colección desde la distancia, pero feliz por ver cómo las personas pueden alcanzar sus sueños y también por ver que esta chica sea capaz de "traer al mundo" unas piezas de ropa preciosas.

lunes, 17 de marzo de 2014

Nuevo tema: "Las vueltas que dará la vida"

Ocurre que en ocasiones la vida se nos detiene. A veces va tan rápida que no somos capaces de alcanzarla. Pero después están esos momentos en que todo va rápido y despacio al mismo tiempo, y se aparece el binomio de ¡qué rápido y que lento se me ha pasado esto!
Todavía parece ayer cuando visitaba a mi abuelo en el hospital, pensando que solamente sería una recaída más, que se pondría bien, que volvería a su casa, que no pasaría nada grave... Y durante el primer mes iba a más... iba a menos... un día estaba bien... al siguiente se había puesto malo... Pero en la última semana ya todo se fue viniendo abajo.
¡Qué duro el ver como alguien a quien quieres se desvanece! Mi abuelo también era mi padrino. Mis abuelos tuvieron 5 hijos, todos hombres, así que como fui su primera nita, también fueron mis padrinos. Él siempre me decía: "El día de tu boda te llevo yo al altar", y yo siempre le contestaba que tenía que hacerlo mi padre, que sino a mi padre no lo iba a tocar acompañar a nadie. Después pensaba en ir del brazo de los dos, total ¿por qué no? Me había imaginado ese día muchas veces, y ahora no hago más que pensar en que el día que me toque no podré evitar acordarme de él. En realidad, todos los días pienso en él: su risa, su forma de meterse con los demás, sus historias, sus abrazos, su alegría...

Está todo tan cerca y tan tan tan lejos al mismo tiempo...

Estas cosas suceden cuando la vida no espera. Yo hago que la vida espere por mí, porque me falta un trabajo. Tengo tantas ilusiones y promesas que cumplir, que se desvanecen al estar sumida en esta intranquilidad que nos da el desempleo. Si yo tuviera trabajo me podría plantear hacer una casa con mi pareja, casarme, ir de viaje al extranjero, comer de restaurante por lo menos una vez al mes y saborear la tranquilidad que da sentirse útil a la sociedad.
Si yo tuviera un trabajo estaría más contenta, llenaría de regalos a mi novio, lo colmaría de amores, mi humor no sería tan cambiante, mi vida estaría completa, mis abuelos (los que quedan) podrían ver mi boda, quizás también a mis hijos...
Si yo tuviera trabajo no tendría que estar estudiando algo encima de otro algo solamente por encontrarlo.
Si yo tuviera trabajo no viviría pensando las vueltas que da la vida y las que dará en un año.

Y así se pasan los días, con un agobio malsano, pensando en lo que no ha sido y en cómo será mañana.