lunes, 17 de marzo de 2014

Nuevo tema: "Las vueltas que dará la vida"

Ocurre que en ocasiones la vida se nos detiene. A veces va tan rápida que no somos capaces de alcanzarla. Pero después están esos momentos en que todo va rápido y despacio al mismo tiempo, y se aparece el binomio de ¡qué rápido y que lento se me ha pasado esto!
Todavía parece ayer cuando visitaba a mi abuelo en el hospital, pensando que solamente sería una recaída más, que se pondría bien, que volvería a su casa, que no pasaría nada grave... Y durante el primer mes iba a más... iba a menos... un día estaba bien... al siguiente se había puesto malo... Pero en la última semana ya todo se fue viniendo abajo.
¡Qué duro el ver como alguien a quien quieres se desvanece! Mi abuelo también era mi padrino. Mis abuelos tuvieron 5 hijos, todos hombres, así que como fui su primera nita, también fueron mis padrinos. Él siempre me decía: "El día de tu boda te llevo yo al altar", y yo siempre le contestaba que tenía que hacerlo mi padre, que sino a mi padre no lo iba a tocar acompañar a nadie. Después pensaba en ir del brazo de los dos, total ¿por qué no? Me había imaginado ese día muchas veces, y ahora no hago más que pensar en que el día que me toque no podré evitar acordarme de él. En realidad, todos los días pienso en él: su risa, su forma de meterse con los demás, sus historias, sus abrazos, su alegría...

Está todo tan cerca y tan tan tan lejos al mismo tiempo...

Estas cosas suceden cuando la vida no espera. Yo hago que la vida espere por mí, porque me falta un trabajo. Tengo tantas ilusiones y promesas que cumplir, que se desvanecen al estar sumida en esta intranquilidad que nos da el desempleo. Si yo tuviera trabajo me podría plantear hacer una casa con mi pareja, casarme, ir de viaje al extranjero, comer de restaurante por lo menos una vez al mes y saborear la tranquilidad que da sentirse útil a la sociedad.
Si yo tuviera un trabajo estaría más contenta, llenaría de regalos a mi novio, lo colmaría de amores, mi humor no sería tan cambiante, mi vida estaría completa, mis abuelos (los que quedan) podrían ver mi boda, quizás también a mis hijos...
Si yo tuviera trabajo no tendría que estar estudiando algo encima de otro algo solamente por encontrarlo.
Si yo tuviera trabajo no viviría pensando las vueltas que da la vida y las que dará en un año.

Y así se pasan los días, con un agobio malsano, pensando en lo que no ha sido y en cómo será mañana.

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